lunes, 22 de junio de 2020

MAS RENACIMIENTO


Indumentaria Masculina:

En el renacimiento se mantuvieron las prendas de la Edad Media, añadiéndole colores brillantes, en forma de parches, rallas, cuadrados y triángulos.
Los nobles podían vestir a sus sirvientes con los mismos colores que usaban ellos, en actividades específicas tenían reservados ciertos colores, como por ejemplo, el rojo se utilizaba en las actividades rurales.
Las prendas acentuaban el físico, los hombros, pectorales, se acolchaban los abrigos con heno y se colocaba un cinturón en la cintura. Se dejaron de usar las calzas, siendo reemplazadas por las medias, acentuándose por medio de la bragueta la entrepierna. El calzado que se utilizaba en la Edad Media, en punta fue reemplazado por el denominado “pico de pato” que poseia su punta ancha y redondeada en la puntera.
Quienes dictaban la moda eran Carlos I de España, Enrique VIII de Inglaterra y Francico I de Francia.
Carlos usaba un jubón de brocado de oro y plata, forrado. Enrique utilizaba suntuosos atuendos, sus ropas estaban confeccionadas con brocados que llevaban bordados y joyas.
El libro del cortesano, de Castiglione, era el manual del caballero. A demas de mostrar el buen comportamiento del cortesano, aconsejaba sobre la ropa que debía usar en distintas ocaciones, por ejemplo para cazar, o practicar deportes.
La camisa de lino blanca era símbolo de opulencia, una camisa blanca y planchada (en lino o tafetán) distinguía al caballero del campesino.
El corte amplio con escote normalmente bajo, con el tiempo se agregó un cuello pequeño o fruncido, adornado con bordados de color negro, rojo, azul o dorado.
El Jubón, que hasta el siglo XVI va a ser la prenda principal del vestuario masculino, luego evolucionará para dar paso al chaleco y la chaqueta. El cuerpo era resaltado a partir de rellenos en los hombros y en el pecho, dándole también forma a la prenda, las mangas al igual que en el vestido femenino se sujetaban al cuerpo del jubón con agujetas en la parte posterior de los hombros y codos, permitiendo ver así los acuchillados.
También utilizaban el Justillo, (equivalente a la chaqueta moderna de traje). Lo utilizaban abierto sobre el jubón para que permitiera que este pudiera verse, podía tener cuello alto o bajo, y sus mangas eran desmontables, luego del S XVI se suprimen, poniendo un ribeteado en el contorno.
La bragueta era otro accesorio importante, remarcaba la ingle masculina, se llevaba en la entrepierna con un triangulo protector con relleno, la bragueta iba sujeta al jubón.
Las calzas eran unicamente utilizadas por hombres adinerados, ya que eran muy caras de producir. Los encañonads eran unas piezas ajustadas tubulares que se llevaban sobre las calzas para cubrir los muslos.
Las medias fueron evolucionando, ya que anteriormente eran realizadas con tejido plano imitando la forma de la pierna, pero con la invensión de la profesión de “tejedor”, se convirtieron en una prenda cómoda, ornando el tobillo. Las jarreteras (finas cintas anudadas por encima de la rodilla) eran las que sujetaban las medias.

Tejidos
Los trabajadores textiles durante el renacimiento adquirieron mayor experiencia, con lo cual los tejidos eran mas elaborados y extravagantes. Las sedas que antes eran importadas de oriente se comenzaron a fabricar en Flandes, donde también se producían brocados, así como también tafetan y terciopelo. En el norte de Europa se apreciaban de manera especial las prendas confeccionadas con terciopelo. Las pieles, se utilizaban para ribetear (piel de armiño, ardilla, cordero, zorro, rata almizclera y conejo).
También se utilizaban bufandas, velos y pañuelos confeccionados en seda, chifon y crepe.
También realizaban encajes, de bolillos y de aguja, se producía en talleres familiares, conventos y orfanatos, se vendía en las mercerías y lo utilizaban tanto hombres como mujeres, ya que era muy utilizado en las gorgueras.La lana, el lino y el algodón eran los textiles mas utilizados para la indumentaria diaria.
Alemania, Irlanda y Escocia producían el mejor lino, en España e Italia se fabricaban terciopelos de alta calidad, damascos, brocados y rasos.Los colores mas utilizados eran los fuertes, como el azul marino, el oro, el rojo, y el negro.

Calzado

Los zapatos eran confeccionados con una gran variedad de materiales, como piel, paño y seda. Las mujeres de alto nivel llevaban chapines.
Los zancos se llevaban elevando a quien los llevaba y afectaban su paso al caminar; luego se rebajó su suela, y así se crearon los zapatos de tacón alto.

Sombreros y Tocados

El retrato alcanza su cima durante el renacimiento, y es lo que nos brinda la información acerca de la indumentaria, tocados y accesorios utilizados.
El sombrero de paja era muy utilizado entre los hombres, el chaperón , un sombrero estilo turbante evolucionó la caperusa. También eran muy utilizadas las gorras con ala estrecha que se inclinaban sobre el rostro. Los sombreros eran adornados con joyas y plumas, las caperuzas eran comunes en los países bajos, mientras que las mujeres utilizaban gorros de terciopelo.=

Vestuario renacentista

Por otra parte, el vestuario. La mayoría de la moda Renacentista tiene su origen en Italia.
Esta nación controla por completo el comercio de la seda, de modo que los mejores paños, terciopelos y brocados (así como otros tejidos de calidad) se producen allí.
En el siglo XV los vestidos masculinos se acortaron y las calzas se alargaron, de seda de color brillante sujetas a las rodillas con complicados lazos o ligas enjoyadas.. Comenzaron a llevar una toga que se modificó hasta convertirla en una especie de corpiño abierto a los costados afirmado a la cintura y bajo los brazos.
Más tarde, se transformó en una casaca abierta adelante en cuyas mangas se bordaban los escudos familiares. La ropa tenía colores muy vivos y se empezaron a usar muchas pieles (marta, marmota, armiño) que se incorporaron a las capas y sobretodos. Algunos hombres se cubren los muslos con bombachos, mientras que otros llevan una especie de calzas menos ajustadas. Esta cubrición de los muslos suele ser de varios colores y corte complejo.
Los caballeros utilizan una coquilla para suplir la falta de tejido en la entrepierna. Esta pieza tuvo unos humildes orígenes como un simple trozo de tela atada al bombacho o a las calzas con lazos, pero en tiempos de Enrique VIII se había convertido en un símbolo de distinción. Algunas de estas coquillas están acolchadas, o incluso decoradas con joyería.
La camisa larga, normalmente de seda o lino, se enlaza en el cuello y las muñecas y se lleva sobre los leotardos. El hombre elegante también viste un jubón, la respuesta Renacentista al justillo. Esta prenda tiene tanto una función práctica como estilística.
La parte superior de las calzas se ata al jubón y los nudos se ocultan bajo el cinturón o la faja. Pueden ser sencillos, de lana oscura, o estar hechos de terciopelo de colores extravagantes, finos brocados e intrincados bordados. Este atuendo se completa con una capa, zapatos o botas y un sombrero piano o redondo con una pluma.
Los Duques de Borgoña transformaron a Dijon en un centro de la moda, la elegancia y la suntuosidad,siendo el reflejo estético del Renacimiento. Sin embargo, la burguesía mercantil seguía vistiendo con sencillez.
El vestuario femenino se caracterizó por el escote cuadrado, los bordados de oro y plata. Los hombres abultaron sus mangas con rellenos y extendieron las colas que llegaron a medir 5 metros. El sombrero adquirió forma de turbante con amplias alas. El pelo de las damas coronaba la cabeza con complicados moños de trenzas.
Llevaban un corpiño y falda cosidos en una sola pieza debajo de un vestido, ajustado a la cintura, que llegaba hasta el suelo.
Las mangas eran amplias, con puños de piel, y el escote bajo y de corte cuadrado.
Una dama italiana de las clases altas nunca saldría a la calle sin un par de chopines (la primera versión del zapato de plataforma) para mantener su falda y sus delicados pies alejados del barro.
En los trajes predominan las cinturas altas, la falda larga y las mangas elaboradas. La dama se enfunda un camisón de seda o lino llamado chemise, seguido por una camisa de color fuerte sobre el que se lleva una falda o vestido pesado de brocado o terciopelo.
Esta pieza suele estar exquisitamente decorada con hilo de oro o plata y con numerosas incrustaciones de joyas y cuentas. Las mangas están simplemente sujetas al vestido, lo que ofrece una gran versatilidad: una dama puede cambiar de traje cambiando las mangas. Estos lujos no se emplean a diario, salvo que se pertenezca a la nobleza. Para la ropa de diario se suele preferir la lana.
Por supuesto, una señora con gusto también viste ese imprescindible accesorio de la moda, el corsé. Suele estar hecho de acero, hierro o cuero endurecido para mantener el pecho erguido y la cintura lo mas estrecha posible. Después de todo, como indica Caterina de Medici, “una cintura grue¬sa es una falta de educación”.
Al final se acabaran aceptando las cinturas normales y el corsé será mas ornamental que práctico. La mujer también puede tener que sufrir una falda con aros inventada por los españoles. Durante el reinado de Isabel esta prenda dificultara a las jóvenes mas arrojadas acercarse demasiado a sus amores... o pasar por las puertas.
Respecto a la cabeza de la mujer, por fortuna los pesados sombreros medievales puntiagudos han desaparecido en favor de estilos más favorecedores.
En los círculos elegantes ingleses se usa el sombrero con gablete.
Se coloca sobre la parte trasera de la cabeza y tiene la forma de una pequeña cubierta a dos aguas, de donde recibe el nombre.
Otro cambio significativo de la moda se produce en el siglo XV: las mujeres muestran su cabello. Durante la época medieval las nobles se cubrían la melena (mostrarla era considerado pecaminoso) y pasaban horas frente al espejo peinándosela hacia atrás para mostrar la mayor entrada posible.
Por su parte, el hombre y la mujer medios no pueden permitirse seguir las modas porque trabajan en los campos, con un estilo totalmente medieval.
Las campesinas visten la misma chemise que las nobles, pero de un material mucho mas barato y con una sencilla falda de lana encima con un corpiño que se ata al frente. Los sombreros varían dependiendo del clima y de la profesión (y de la riqueza y la disponibilidad de tejidos), pero la mujer media viste una variación del griñón (un pañuelo que se pasa por el cuello y que rodea por completo el rostro, completado a veces con un velo) o un sombrero en forma de mono, que parece una boina acolchada que se lleva en la parte trasera de la cabeza.
Las campesinas pueden exhibir sin peligro las piernas por debajo de las rodillas. Cuando se trabaja en el campo no es practico arrastrar la falda (probablemente la única falda ).
Irónicamente, en el renacimiento se acepta el pecho de las mujeres desnudo. Hay que amamantar a los niños, y casi todas las damas tienen al menos uno del que cuidar. Desnudarse cada vez que el niño quiere comer es un gran inconveniente, de modo que el corpiño se abre para permitir el acceso a los pechos.
Algunas mujeres, especialmente las prostitutas y las cortesanas, muestran sus encantos en público con otros motivos... No es que el pecho femenino no resulte atractivo en este periodo, pero no es tabú, y por lo tanto pierde gran parte de su atractivo.
El trabajador ordinario viste una versión mucho mas sencilla de las ropas de los nobles: unas calzas u otro tipo de pantalón y una camisa larga. Una túnica reemplaza al jubón, aunque este puede vestirse en las ocasiones especiales. La túnica suele ceñirse con un cinturón. Aun no se ha inventado el bolsillo, así que todo lo que un hombre lleva cuelga del cinto en bolsitas o de cordeles.
Los zapatos son un accesorio opcional en el vestido de un campesino, en parte porque a no ser que el frío sea extremo son poco prácticos y especialmente por su altísimo precio. Los pobres, especialmente los niños y los campesinos, suelen ir descalzos.
Los primeros zapatos Renacentistas están hechos de cuero envolviendo el pie y cosido en el talón, cerrándose como una bolsa. Los ingeniosos holandeses tallan sus zuecos en madera. La zapatería es un oficio laborioso: no puedes ir simplemente y pedir un par de zapatos, sino que se hacen a medida. El calzado (o la falta de él) es una señal de posición.

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