Vida cotidiana en la antigua Grecia
Agora
Había gran contraste entre los suntuosos templos y las humildes casas de la población: las casas, sin chimeneas, se construían con materiales perecederos, pero los templos se erigían con piedras o losas de mármol que se superponían sin más, al no existir ni el mortero ni el cemento. Además no había canalización de aguas, y la basura se tiraba a la calle, pero desde la época clásica las casas contaban con cuartos de aseo y pequeñas bañeras de barro, piedra o ladrillos.
Los hogares ricos (muy pocos) se parecían a los palacios homéricos, y constaban de una entrada guardada por un portero, el departamento de hombres, cuyas salas daban a un patio rodeado de un pórtico, y el departamento de mujeres, que daba a un jardín.
La mitad de la población eran esclavos. La vida de los que trabajaban en minas y canteras era francamente dura. No tanto, sin embargo, la de los esclavos dedicados a las tareas del hogar. Éstos recibían buena comida y podían llegar a recibir la emancipación.
Las mujeres no contaban con ningún privilegio. No podían participar en política y tenían escaso renombre en la vida social y artística. Tampoco competían en los juegos olímpicos. Estaban siempre bajo la tutela del padre o del marido y tenían terminantemente prohibido salir solas a la calle. Llevaban el pelo largo, a diferencia de las esclavas, y también contrariamente a ellas se maquillaban y utilizaban perfumes. Además se rasuraban el vello corporal y prestaban especial atención a sus uñas.
Se cuidaba especialmente la educación de los jóvenes. Estos recibían clases de lectura y escritura, música y canto, y aprendían poesías. El entrenamiento físico tenía gran importancia. Para los griegos la mayor perfección se encontraba en el cuerpo del adolescente y había que ejercitarlo hasta límites insospechados para conseguir aún más belleza.
El entrenamiento era polifacético, pero el deporte preferido era la competición quíntuple, similar al pentatlón actual. Constaba de lucha, carrera, lanzamiento de jabalina, salto de longitud y lanzamiento de disco. La ambición de los participantes en las olimpiadas —que se celebraron cada cuatro años entre el 776 a. C. y el 393 d. C.— era impresionante. Había una gran competencia entre todas las ciudades, también en las colonias. El esfuerzo era tanto que a veces los atletas dañaban su salud o llegaban a morir de agotamiento. Mientras duraban los juegos, la vida política se colapsaba y cesaban las batallas. La celebración permitía, además, que filósofos, políticos y literatos hicieran demostraciones de su arte.
Hacían tres comidas al día. El desayuno consistía en pan de cebada mojado en vino, y podían añadirse higos o aceitunas. Después venía un almuerzo ligero, a mediodía o comienzo de la tarde, y por último la comida principal, que era la cena, generalmente a la caída de la noche.
Eran profundos amantes del teatro. La afición al drama fue causa de que se construyeran numerosos teatros en los que se representaban varias obras seguidas. El coro, compuesto únicamente por hombres, tenía mucha relevancia. Sus integrantes iban ataviados con máscaras y coturnos. En Grecia se daba mucha importancia a la palabra, por lo que eran aficionados a la oratoria y a la recitación. Las representaciones, siempre al aire libre, se hacían en teatros con gradas, lo que daba cierta comodidad al público.
En general, el pueblo griego era supersticioso en extremo. Los dioses eran primordiales, y estaban presentes en cada acto que realizaban. Los sacrificiosconsistían en la ofrenda de animales y productos agrícolas con los que se buscaba la protección del dios contra la desgracia y la enfermedad, y su perdón por las malas conductas. Por lo general no se hacían sacrificios humanos, salvo en casos de extrema necesidad. Se sabe que en el año 480 a. C. los atenienses sacrificaron a una persona para detener el avance de los persas. Estaba muy extendida la práctica de la adivinación, que se realizaba por medio de la interpretación del vuelo de las aves o de las vísceras de animales, pero también por medio de los oráculos, personas que tenían el poder de transmitir por su boca los pensamientos de los dioses.
Casa griega
El ágora o plaza del mercado era un centro de reunión. Allí se encontraban los edificios públicos, los templos y el Palacio de Justicia. Era un lugar de encuentro donde políticos y filósofos podían expresarse libremente. Otro lugar donde reunirse eran los baños públicos, de los que las mujeres estaban igualmente excluidas. La mitad de la población eran esclavos. La vida de los que trabajaban en minas y canteras era francamente dura. No tanto, sin embargo, la de los esclavos dedicados a las tareas del hogar. Éstos recibían buena comida y podían llegar a recibir la emancipación.
Las mujeres no contaban con ningún privilegio. No podían participar en política y tenían escaso renombre en la vida social y artística. Tampoco competían en los juegos olímpicos. Estaban siempre bajo la tutela del padre o del marido y tenían terminantemente prohibido salir solas a la calle. Llevaban el pelo largo, a diferencia de las esclavas, y también contrariamente a ellas se maquillaban y utilizaban perfumes. Además se rasuraban el vello corporal y prestaban especial atención a sus uñas.
Se cuidaba especialmente la educación de los jóvenes. Estos recibían clases de lectura y escritura, música y canto, y aprendían poesías. El entrenamiento físico tenía gran importancia. Para los griegos la mayor perfección se encontraba en el cuerpo del adolescente y había que ejercitarlo hasta límites insospechados para conseguir aún más belleza.
El entrenamiento era polifacético, pero el deporte preferido era la competición quíntuple, similar al pentatlón actual. Constaba de lucha, carrera, lanzamiento de jabalina, salto de longitud y lanzamiento de disco. La ambición de los participantes en las olimpiadas —que se celebraron cada cuatro años entre el 776 a. C. y el 393 d. C.— era impresionante. Había una gran competencia entre todas las ciudades, también en las colonias. El esfuerzo era tanto que a veces los atletas dañaban su salud o llegaban a morir de agotamiento. Mientras duraban los juegos, la vida política se colapsaba y cesaban las batallas. La celebración permitía, además, que filósofos, políticos y literatos hicieran demostraciones de su arte.
El Discóbolo de Mirón
Los griegos solían reunirse en festejos en los que abundaba la comida y la bebida. Aprovechaban estos banquetes para intercambiar opiniones, pues eran muy amigos de la conversación. Las esposas no asistían a estos actos, pero sí las hetairas, mujeres que tañían la flauta, bailaban y atendían a los hombres. No se usaba tenedor, sino que se comía con los dedos. Hay cuchara para sopas y cuchillo para cortar la carne. En los banquetes se sentaban en banquetas, que por eso llevan ese nombre.Hacían tres comidas al día. El desayuno consistía en pan de cebada mojado en vino, y podían añadirse higos o aceitunas. Después venía un almuerzo ligero, a mediodía o comienzo de la tarde, y por último la comida principal, que era la cena, generalmente a la caída de la noche.
Eran profundos amantes del teatro. La afición al drama fue causa de que se construyeran numerosos teatros en los que se representaban varias obras seguidas. El coro, compuesto únicamente por hombres, tenía mucha relevancia. Sus integrantes iban ataviados con máscaras y coturnos. En Grecia se daba mucha importancia a la palabra, por lo que eran aficionados a la oratoria y a la recitación. Las representaciones, siempre al aire libre, se hacían en teatros con gradas, lo que daba cierta comodidad al público.
En general, el pueblo griego era supersticioso en extremo. Los dioses eran primordiales, y estaban presentes en cada acto que realizaban. Los sacrificiosconsistían en la ofrenda de animales y productos agrícolas con los que se buscaba la protección del dios contra la desgracia y la enfermedad, y su perdón por las malas conductas. Por lo general no se hacían sacrificios humanos, salvo en casos de extrema necesidad. Se sabe que en el año 480 a. C. los atenienses sacrificaron a una persona para detener el avance de los persas. Estaba muy extendida la práctica de la adivinación, que se realizaba por medio de la interpretación del vuelo de las aves o de las vísceras de animales, pero también por medio de los oráculos, personas que tenían el poder de transmitir por su boca los pensamientos de los dioses.
Templo griego
El oráculo de Delfos fue de los más visitados, y a él acudían peregrinos de toda Grecia. El oráculo decía siempre la verdad, y si después sucedía justamente lo contrario era porque los hombres no habían sabido interpretar las palabras de la divinidad.
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